Al contrario de lo que mucha gente cree, Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas no es un libro infantil. Lewis Corrol, autor del libro, creía que para leer fantasía, no hay distinción de edades. Es más: el libro sólo ganó el toque infantil a pedido del editor, quien pidió que se hicieran ilustraciones para la publicación.
La novela narra las aventuras, y alguna que otra desventura de Alicia en el País de las Maravillas. Narra acontecimientos ilógicos por los que ésta pasa, como hablar con animales, aumentar o disminuir de tamaño una y otra vez al tomar o al comer algo; y participar en un juego de cartas en el que todos juegan a la vez.
La novela está repleta de personajes y situaciones cómicas; y las más cómicas, sin dudas, las protagoniza Alicia. Ella creyó, en un momento, haberse transformado en una amiga suya por no saber lo que le estaba pasando ya que, para ella, esa tal amiga sabe muy pocas cosas y ella sabe muchas. ''...Voy a ver si sé todas las cosas que sabía. Veamos: cuatro por cinco doce, y cuatro por seis trece, y cuatro por siete... ¡Dios mio! ¡Así no llegaré nunca a veinte! De todos modos, la tabla de multiplicar no significa nada. Probemos con la geografía. Londres es la capital de París, y París es la capital de Roma, y Roma... No, lo he dicho todo mal, estoy segura. ¡Me debo haber transformado en Mabel!...¡Seguro que soy Mabel! Y tendré que ir a vivir en aquella casucha horrible, y casi no tendré juguetes para jugar, y, ¡tantas lecciones para aprender! No, estoy completamente decidida: ¡Si soy Mabel, me quedaré aquí!...''
Imagen tomada de internet:
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