Se llama Cantar de gesta a las epopeyas escritas durante la Edad Media. Las epopeyas son poemas narrativos extensos que cuentan la historia de personajes heroicos o importantes. Surgen en las vías de peregrinación. Son cantos que exaltan la figura y las acciones de un personaje destacado.
Los Juglares ocuparon un ligar importante en este tema. Ellos eran artistas ambulantes que andaban por las calles recitando los cantares de gesta escritos por los trovadores, con la finalidad de recibir una remuneración. Sus cantos eran acompañados por algún instrumento musical. Además, se destacaban por la humildad y por ser juguetones haciendo malabares, bailes y movimientos cómicos. Hacían sus presentaciones generalmente en las plazas de los pueblos o de las ciudades que recorrían, pero también en los importantes castillos de los feudales o rondas de nobles.
La longitud de los cantares variaba desde los 2.000, llegando a los 20.000 versos, lo que obligaba al juglar a recitarlo en más de una jornada, pero generalmente eran cortos.
La épica medieval más famosa fue la española, aunque la épica francesa y alemana también eran importantes.
El Cantar del mio Cid es uno de los dos cantares de gesta españoles que aun se conservan. Es anónimo. En la Edad Media no interesaba tener éxito ya que el centro de todo era Dios. El cantar está inspirado en los últimos años del caballero Rodrigo Díaz en campeador (1048-1099). Destaca la recuperación de la confianza del rey Alfonso VI en el mio Cid, a quien lo había desterrado de Castilla. Está compuesta por tres grandes núcleos narrativos:
1- Destierro del mio Cid
2- Bodas de los hijos del Cid
3- la afrenta de corps.
El cantar contiene 3735 versos no todos de igual extensión. Los versos de catorce y dieciséis sílabas son los que más se repiten.
Primer folio del manuscrito del Cantar del mio Cid
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Este articulo para Literaturarte fue escrito en San Eugenio el 17 de agosto del 2015
